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Las tendencias del mercado asegurador en general siempre han influido en el mercado de cautivas, ya que muchas de ellas se remontan a la época en la que la capacidad aseguradora de ciertas líneas se hizo más escasa o más costosa. El endurecimiento del mercado podría indicar otro repunte en la actividad aseguradora de cautivas, según Matt Latham.

A mediados de los ochenta, un grupo de grandes empresas creó las cautivas para gestionar la crisis de los seguros de responsabilidad en Estados Unidos. Nacieron así XL, predecesora de AXA XL, y también ACE. Ambas forman parte integral actualmente de empresas de seguros globales.

Se trata de un ejemplo del origen de muchas cautivas, creadas normalmente como soluciones a problemas sufridos en el mercado asegurador más amplio.

De nuevo, corren malos tiempos para los aseguradores. Las pérdidas por grandes catástrofes han tenido un efecto en los mercados de seguros y reaseguros. Hace dos años, los huracanes Harvey, Irma y María arrasaron regiones de Estados Unidos y el Caribe, causando víctimas mortales, una destrucción generalizada y grandes pérdidas aseguradas.

El año pasado, las tormentas de viento en EE. UU., Japón y Europa, los incendios forestales, las heladas, las inundaciones y las sequías contribuyeron a aumentar la pesada carga de las pérdidas en el sector asegurador en general.

Esto llevó a los aseguradores a reducir la capacidad de ciertas líneas de negocio y a aumentar las primas o modificar las condiciones. Si a ello le sumamos otros factores como la persistencia de unos tipos de interés bajos, parece probable que la tendencia se mantenga durante un tiempo.

Si cambian las condiciones del mercado, contar con una cautiva en el arsenal de gestión de riesgos puede resultar extremadamente útil. Manteniendo un mayor riesgo en vehículos como una cautiva, los compradores pueden adquirir cobertura en los mercados de seguros con un punto de conexión más elevado, en el que los tipos pueden estar sometidos a menor presión.

La prima importa

Una de las grandes ventajas de la suscripción a través de cautivas es que se goza de un mayor control de la prima que se factura. Y ese precio solo se ve influido por las pérdidas sufridas por la compañía, en lugar de por las pérdidas y otros grandes impactos del mercado en general.

Lo que significa que, en cierto sentido, la cautiva puede proteger a la compañía frente a las fluctuaciones de precios del mercado de seguros. Cuanto más riesgo se asuma, mayor control se tiene sobre la prima del seguro.

Consideremos el caso hipotético de una empresa que compra una cobertura con un límite de cien millones de euros por daños materiales e interrupción del negocio. La empresa recurre a una cautiva para que asuma los primeros quinientos mil euros de pérdidas y al mercado tradicional para cubrir el resto. La cautiva tiene una prima de un millón de euros y el resto del mercado cobra actualmente cuatro millones.

Dadas las actuales condiciones del mercado y la falta de apetito por el sector en el que trabaja el cliente (ya que ha habido importantes pérdidas por daños en el sector), el mercado asegurador quiere aumentar su precio hasta los seis millones de euros. Con el fin de mitigar la situación, y confiando en sus procesos de gestión de riesgos, la cautiva accede a aumentar su retención hasta los dos millones y medio de euros. La prima que pide por ello es de dos millones de euros. Como resultado del aumento de retención, el mercado asegurador está dispuesto a ofrecer condiciones por encima de los dos millones y medio de euros para una prima de tres millones y medio, en lugar de los seis millones pedidos inicialmente.

Como consecuencia, la prima total es ahora de cinco millones y medio de euros, en lugar de los posibles siete millones. La cautiva ha asumido más riesgo, por lo que no solo debemos mirar la prima sino que, asumiendo unos patrones de pérdidas normales, ha ayudado a paliar subidas de precios que no eran atribuibles a su propia experiencia de pérdidas. Este tipo de debate permite a todas las partes entender el modelo de financiación de riesgos optimizado para el cliente. Además, establece una relación en la que se equilibran los intereses de todos.

Nuevos términos, nuevos riesgos

Un área que suscita un creciente interés para el uso de las cautivas es el riesgo cibernético.

Al inclinarse los suscriptores cada vez más por incluir exclusiones explícitas en sus pólizas para evitar la denominada exposición «silenciosa» a los riesgos cibernéticos, muchos compradores de seguros empiezan a acudir a las cautivas para suscribir su cobertura cibernética, con el fin de cubrir esos posibles huecos.

Y dado que las condiciones que los gerentes de riesgos ofrecen para otras líneas de negocio pueden endurecerse, es previsible que haya empresas que busquen suscribir más cobertura en sus cautivas.

Nuevas formaciones

Si un gerente de riesgos piensa en crear una nueva cautiva, normalmente tendrá que presentar un caso de negocio al Consejo de su empresa. Puede que algunos de los gerentes de riesgos que han considerado esta opción en el pasado no contasen con la suficiente motivación para convencer a su Consejo sobre esta estrategia. El aumento de los tipos o las limitaciones de la cobertura pueden dar un peso real al argumento. Un ahorro de costes contrastable que demuestre cómo la cautiva puede optimizar los costes de financiación de riesgos puede brindar al gerente de riesgos la ventaja que necesita para convencer al Consejo.

Si bien un cambio en la dinámica del sector de seguros tradicional podría dar a una empresa el empujón necesario para decidirse a crear una cautiva, una vez que ésta está funcionando, los gerentes de riesgos y sus directivos, por lo general, empiezan a sentir cierta tranquilidad con la idea de retener más riesgo. A menudo, esto puede llevarles a considerar suscribir distintas líneas de negocio dentro de la cautiva y, por lo tanto, ésta se convierte en parte integral del enfoque de gestión de riesgos de una empresa y en una herramienta clave dentro de la filosofía general de gestión de riesgos de esa empresa.

Las cautivas ya están bien presentes en el radar de empresas más nuevas y de empresas que antes no se autoaseguraban. En los últimos meses, hemos mantenido conversaciones con numerosas empresas de distintos tipos sobre la creación de una cautiva.

Puede parecer poco intuitivo, pero los suscriptores de seguros experimentados son muy favorables a que sus clientes creen cautivas. Cuando una empresa asume una mayor retención o crea una cautiva, ello puede conllevar una reducción de la prima disponible para los aseguradores; sin embargo, conforme aumenta el punto de conexión y crece la atención en las actividades de gestión de riesgos, la prima obtenida por los aseguradores puede resultar más rentable.

Todo ello requiere un diálogo constructivo y continuo entre el cliente, sus asesores y el asegurador. Los aseguradores no quieren huir de los mercados difíciles. Queremos ayudar a nuestros clientes a desarrollar estrategias de financiación de riesgos sostenibles que les guíen a través de los altibajos del ciclo de seguros.

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